LAS SIN PENDIENTES   

    Los arquetipos femeninos de mi infancia son mis abuelas. La materna, enfrascada siempre en la lectura de novelas de amor, quizá para neutralizar el recuerdo de un matrimonio por demás lamentable. La abuela paterna, analfabeta, luchadora e ignorante de la fuerza titánica que guardaba en su interior, mujer condenada a abrirse camino en la vida en solitario. 

   A las mujeres nos marcan nada más nacer. Hacen agujeros en los lóbulos de nuestras orejas, por otra parte una costumbre bastante bárbara. A los dieciséis años prescindí de los pendientes y cuando nació mi hija me negué a taladrarle la tierna piel, a pesar de las recomendaciones de familiares femeninas. Ahora, hombres y mujeres se agujerean el cuerpo alegremente y nadie les obliga, es solo una opción estética.

     Nunca pensé que mi decisión de prescindir de los pendientes tuviese un trasfondo feminista, pero el otro día tuve ocasión de ver un documental sobre las "Sin Sombrero" y comprendí que a veces nuestro inconsciente va más lejos que nuestra propia realidad.

 

 

LA PAZ Y LA PALABRA




 La guerra es el negocio de los seres minúsculos,

de las mentes tullidas por metales abyectos.

La guerra es la derrota de intereses mezquinos,

de oscuros personajes que jamás conocieron

la esperanza.

 

¿Dónde quedó la paz desarbolada?

¿Por qué no desenreda la palabra

el ovillo de Ariadna?

¿Dónde aguarda escondido el nuevo hombre?

¿Qué vientre luminoso lo ha parido?

 

Mas mi dios interior sigue mudo, distante.

No sabe contestar o se niega a calmar

mi intriga impertinente.

Y yo imito al rapsoda,  

que clama en un desierto

 de arenas infectadas por las voces del odio,

y exijo sin descanso la paz y la palabra.

 

 

 

 




LA BÚSQUEDA





Famélica, mi alma, 

te busca sin descanso

desde la encina vieja 

a los ojos tempranos

que ciegan con su luz 

cargada de esperanza.

DIÁLOGO PARA TIEMPOS OSCUROS




-Estoy totalmente en contra de la "paguita". Es una adormidera que ayudará a que la gente se acomode y no trabaje. Cosas del gobierno socialcomunista.
-Me parece difícil "acomodarse" con menos de 500 euros al mes.
-Es gente sin estímulos, que se arreglan con poco. Propongo que los que reciban la "paguita" hagan trabajos para la comunidad o recojan fruta y esas cosas.
-Me parece más justo que esos trabajos se hagan con sueldos dignos.
-Vale, pues entonces fuera "paguitas". Ya está bien de comunistas y bolivarianos.
-El problema es que sin esas "paguitas", como tú las llamas, crecerá la delincuencia, podrán entrar en tu casa a rebanarte el pescuezo y llevarse lo que puedan. La gente no va a quedarse sin comer. Se convertirá en un país sin ley. Como Méjico, por ejemplo.
-Eso no tiene porqué ocurrir. Se aumentan los funcionarios policiales y si hace falta se mete al ejército.
-¿Propones un estado policial, suprimir las libertades y la libre circulación de los ciudadanos?
-¿Por qué no?
-Supongo que además estarás en contra de los antifascistas.
-Sí, claro. 
-¿Quizá es que eres fascista?
-No me gustan las etiquetas.


EL ENGAÑO


 

       Ayer por la mañana tuve una de esas sensaciones, no demasiado raras en mí, en que la visión de la unidad se manifiesta claramente. Me vi niña y adulta a la vez, burlando la secuencia del tiempo.  Luego, por la noche, vi unos capítulos de la serie DARK. Nadie me había hablado de ella ni sabía de qué trataba. Y hablaba de lo mismo: de un tiempo simultáneo donde pasado, presente y futuro fluyen a la vez. Y comprendí que es nuestra mente la que elabora la trampa: Recordamos el pasado y olvidamos el futuro. 
         
         Si supiésemos lo que va a ocurrir, la vida perdería todo su sentido.