LOS OJOS MÁS HABITADOS DEL MUNDO


La Habana, Plaza de la Revolución, marzo de 1960.
Un barco ha estallado en el puerto. Setenta y seis obreros muertos. El barco traía armas y municiones para la defensa de Cuba, y el gobierno de Eisenhower ha prohibido que Cuba se defienda.
La multitud cubre las calles de la ciudad.
Desde el podio, el Che Guevara contempla tanta furia reunida.
Tiene la multitud en los ojos.
Korda toma esta foto cuando los barbudos llevan poco más de un año en el poder.
Su diario no la publica. El director no le ve nada especial.
Pasarán los años. Esa foto será un símbolo de nuestro tiempo.

Eduardo Galeano

CONTRADICCIÓN

Hay silencios que quiebran los cristales
y gritos que estrangulan las gargantas.
Besos que despedazan con sus garras
y gestos de desdén que te encadenan.

Hay ojos que te escuchan,
oídos que te miran,
manos siempre vacías
y pasos que conducen al abismo.

Hay rostros que son máscaras de cera,
corazones de plástico lavable,
caricias calculadas a granel
y lágrimas de agua embotellada.

Hay desnudez lasciva,
lascivias revestidas de inocencia,
recuerdos disipados en el aire
y olvidos que caminan de tu mano.

Hay zapatos de plumas
y alas de mármol negro,
que jamás emprendieron el vuelo,
hojalata de catorce quilates
y moneda en papel inundada de lluvia

Pero yo sé que existe en lo profundo
una reserva de oro inalterable.
Y eso es lo que me mueve
eso es lo que de Nada
me convierte en el Todo
que palpita y que canta en la danza del aire.


¿Principio de novela?




DÍAS DE CENIZA

-Zumo de naranja.
Es la voz de él, delgada, irreconocible. Una voz de ultratumba. No puede ser la misma que prodigaba frases ingeniosas en las elegantes reuniones de su casa en la calle Goya. Aunque aquella era una mansión, otro barrio, no la especie de refugio en el suburbio donde ahora viven. Solo con cerrar los ojos puede verlo. Varonil. Imponente dentro de su uniforme caqui de capitán en días de sol y de abundancia, a pesar de las desilusiones y las lágrimas. Ahora el sol se ha apagado. Juana piensa que ya no amanece nunca. La calle solo se ilumina de vez en cuando por el estallido de las bombas. Sus hijas y ella caminan como espectros, a tientas, por entre los muebles que quedan. Hicieron astillas el aparador de caoba y la cómoda de palo santo y fueron echándolos al fogón, pero no lograron calentar la casa. 
        Como si las maderas nobles fuesen solo de adorno y careciesen de poder calorífico.   

Te has colado



TE HAS COLADO EN MIS SUEÑOS

Te has colado en mis sueños sin permiso.
No sé cómo llamarlo.
¿Atrevimiento? ¿Acoso? ¿Desvarío?
Como viento del sur, nocturno y húmedo,
me acaricias el rostro con expresión famélica
y en tus dedos te llevas una lágrima
como un triste trofeo.
¿En qué sima te escondes
que no puedo encontrarte en la vigilia?

¿Por qué te escondes como amante esquivo
si a las nubes me impulsas
cual criatura ingrávida?
Mas luego, al despertar,
vuelvo a reptar en tierra
y tú te desvaneces,
te borras,
te diluyes,
te eclipsas tras el sol como luna de estío.


                              Estoy a punto de declararme hambrienta. En los últimos tiempos, casi sin darnos cuenta, nos quitan la comida de la boca. El culpable es un ser invisible, un ente fenoménico de una voracidad ilimitada. No sabemos su nombre ni hemos visto su rostro, se oculta bajo siglas como alienígena venido de otros mundos. Escuchamos sus pasos, retumban en el silencio de la noche, espía nuestros sueños, controla la existencia y al amanecer vemos los resultados. Con tono monocorde, bustos parlantes nos los comunican en pantallas de plasma. Y a veces nos reprenden: Gastábamos demasiado, reíamos demasiado, comíamos demasiado. Y también, vivíamos demasiado. Por eso están estableciendo las medidas para que muramos antes. Ese ser oculto está capacitado para poner freno a lo que considera un desafuero. Tiene en nómina a los bustos parlantes y los premia cuando hacen bien las cosas. Sonrisas, buenas notas y nóminas y sobres abultados. Y los bultos parlantes se sienten satisfechos. No hay que ir tanto al médico, no es necesario un techo, ni siquiera un trabajo bien retribuido. Quizá, si somos buenos, un mini job y una ración escasa para poder cumplir jornadas leoninas sin desmayo. Y rezar mucho, eso sí, sus dioses siempre han sido poderosos y amenazan con feroces infiernos a los que piensan, dudan o pretenden vivir al margen de las normas que ellos dictan. Y lo más importante: los ciudadanos deben procrear con abundancia para dar a la patria futuros esclavos que sirvan de carnaza barata. Ya he dicho que la gula del monstruo es infinita.

                    Por eso estoy a punto de declararme hambrienta. Hambrienta de justicia, ansiosa de otro mundo sin seres invisibles, sin monstruos que nos priven del aire y de la vida.

VUELVO A NACER EN TI


Vuelvo a nacer en ti:
Pequeña y blanca soy... La otra
-la oscura- que era yo, se quedó atrás
como cáscara rota,
como cuerpo sin alma,
como ropa
sin cuero que se cae...

¡Vuelvo a nacer!... -Milagro de la aurora
repetida y distinta siempre...-
Soy la recién nacida de esta hora
pura. Y como los niños buenos,
no sé de dónde vine.
Silenciosa
he mirado la luz- tu luz...-
¡Mi luz!
Y lloré de alegría ante una rosa.

Dulce María Loynaz




Dios mío, que todo esto sea un sueño, que mañana, despertándonos a la vida, nos demos cuenta de que hasta ahora estábamos perdidos en un abismo en donde todo estaba pavorosamente deformado; que como los peces del mar, éramos criaturas perdidas en una prisión líquida que nos oprimía con horribles pesadillas.                                   (Dante Alighieri)