Dios mío, que todo esto sea un sueño, que mañana, despertándonos a la vida, nos demos cuenta de que hasta ahora estábamos perdidos en un abismo en donde todo estaba pavorosamente deformado; que como los peces del mar, éramos criaturas perdidas en una prisión líquida que nos oprimía con horribles pesadillas.                                   (Dante Alighieri)

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