AQUÍ ME TIENES

Aquí me tienes aprendiendo a olvidarte

en medio de una casa

que aprovecha la noche

para expandir sus límites.

Eterna travesía por oscuros pasillos,

en un gélido abril

que es maldito sinónimo de ausencia.

Y luego, en la mañana,

 los pájaros se callan asombrados

por que ya no comentas sus gorjeos,

y preguntan bajito que adónde te has marchado.

Y se instaura el silencio

 como un acompañante lenguaraz

 que vaticina daños y perjuicios sin cuento.

Qué distinto el silencio

de tus labios unidos a los míos por calles solitarias,

mudadas en radiantes avenidas.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario