Un pensamiento de Umberto Eco, tan apropiado para el momento que vivimos: 

...”el mundo marcha patas arriba, los ciegos guían a otros ciegos y los despeñan en los abismos, los pájaros se arrojan antes de haber echado a volar, el asno toca la lira, los bueyes bailan, María ya no ama la vida contemplativa y Marta ya no ama la vida activa, Lea es estéril, Raquel está llena de lascivia, Catón frecuenta los lupanares...”

El nombre de la Rosa


ESTOY A PUNTO DE DECLARARME HAMBRIENTA 

Estoy a punto de declararme hambrienta. En los últimos tiempos, casi sin darnos cuenta, nos quitan la comida de la boca. El culpable es un ser invisible, un ente fenoménico de una voracidad ilimitada. No sabemos su nombre ni hemos visto su rostro, se oculta bajo siglas como alienígena venido de otros mundos. Escuchamos sus pasos, retumban en el silencio de la noche, espía nuestros sueños, controla la existencia y al amanecer vemos los resultados. Con tono monocorde, bustos parlantes nos los comunican en pantallas de plasma. Y a veces nos reprenden: Gastábamos demasiado, reíamos demasiado, comíamos demasiado. Y también, vivíamos demasiado. Por eso están estableciendo las medidas para que muramos antes. Ese ser oculto está capacitado para poner freno a lo que considera un desafuero. Tiene en nómina a los bustos parlantes y los premia cuando hacen bien las cosas. Sonrisas, buenas notas y sobres abultados. Y los bultos parlantes se sienten satisfechos. No hay que ir tanto al médico, no es necesario un techo, ni siquiera un trabajo bien retribuido. Quizá, si somos buenos, un mini job y una ración escasa para poder cumplir jornadas leoninas sin desmayo. Y rezar mucho, eso sí, sus dioses siempre han amenazado con feroces infiernos a los que piensan, dudan o pretenden vivir al margen de las normas que ellos dictan. Y lo más importante: los ciudadanos deben procrear con abundancia para dar a la patria futuros esclavos que sirvan de carnaza barata. Ya he dicho que la gula del monstruo es infinita.

            Por eso estoy a punto de declararme hambrienta. Hambrienta de justicia, ansiosa de otro mundo sin seres invisibles, sin monstruos que nos priven del aire y de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario