UNA RESEÑA DE "LA DANZA DEL ESPÍRITU"



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 EL AMOR ELIMINA LAS BARRERAS QUE SEPARAN LOS DISTINTOS UNIVERSOS.

A LA VENTA EN TODAS LAS LIBRERÍAS.

LOS SEPULCROS SE ABRIERON



Hay cunetas ahítas de memoria
en caminos que llevan al olvido.
Y hay vientos que susurran en los árboles
homicidios, traiciones, juramentos.
Se ofrecen en manojos de flores arrancadas
de la vida, aquellos que no están,
que en desbandada huyeron cual pájaros del hielo.

Perdida en el recuerdo,
creíste de verdad lo que contaban,
aunque alzaras la voz y las promesas
hechas para ti misma.
No me van a vencer, gritabas convencida.
Y los días volaron, hojas secas de otoño,
hasta el fondo del alma adolescente.
Y viste la mentira,
y atronaron los gritos,
los sepulcros se abrieron en cadena
y en todos palpitó una realidad resucitada.  


 





SECRETA VISITANTE


         Secreta visitante, oculta entre las alas de la noche,

          las saetas doradas se colocan y anuncian tu llegada.

No conozco tu rostro y ya es eterno,

no he oído tu voz y entona el más armónico aleluya,

tu sonrisa es un arco de delicias

y tus brazos abarcan todo el orbe desde un lecho de plata.

 

Tu aroma de inocencia inunda los rincones del abuso

y las torres repletas de cálculos mohosos

se deshacen por las alcantarillas polvorientas.

Los negros ascensores,

que descienden veloces al fondo del averno,

 sepultan a las sierpes y parásitos bípedos.

Depósitos de odio explotan en burbujas

y circulan por la fraterna senda del cariño

que borra de impurezas los confines del tiempo.

 

Va saliendo la aurora que anuncia un nuevo día.

Yo sé que Ellas te guardan.

 

 


 

POESÍA ERAS TÚ

 

Poesía eras tú, que diría el rapsoda.

Deslumbrabas las dunas con tus ojos,

alfombrando de flores el desierto

al ritmo de tus pasos.

 

Poesía eras tú,

y la belleza te acogió en su seno

coronándote un alba permanente

y un concierto de crótalos.

Era tanto el fulgor de tu persona

que volviste temprano

al reino de los dioses.

 

Y mi alma no cesa de buscarte.

Sin descanso, famélica, arañando el recuerdo,

voy de la encina vieja a los ojos tempranos

que ciegan con su luz cargada de esperanza.

No conociste el odio y te raptó la luna.

Yo pago tu rescate acumulando lágrimas.