DEMOS VUELTA A LOS CUENTOS
Me gusta convertir a príncipes en ranas
y lujosas carrozas en ricas calabazas.
El croar del batracio alegra las mañanas
en los días sombríos
y es de más beneficio que testas coronadas
de oropeles y huecas de talento.
En
cuanto a las carrozas
que se quiten de en medio ante un rico
puré
sazonado con curry y algo de nuez moscada.
Demos vuelta a los cuentos
que envenenan las mentes ávidas y pueriles.
Dejémonos de fábulas donde es dócil la
bella
y el gentil caballero gana cualquier
batalla,
donde el perverso siempre tiene cara de
bruja
y solamente triunfan los seres agraciados.
Dejémonos de embustes,
me aburren las princesas que despiertan con besos
y en muchas ocasiones prefiero a un pato listo
que a ese espléndido cisne
que pasea orgulloso su gallardía vacua.
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