A PILAR BARDEM
fontanas menos limpias,
y vanguardias que quedan trasnochadas
cuando la ven alzarse en cabecera
reclamando la paz y la palabra,
lo mismo que el poeta,
para los condenados a guerras y silencios.
Es una vieja amiga,
no porque sea vieja,
sino porque su alma es arcana y experta
en detectar desiertos de soledad y de
hambre,
de justicia y carencias,
de olvidos,
de rincones donde la luz no entra.
Imposible olvidar
que fue mi compañera en una fecha
destacada hace tiempo en el azul del
cielo.
La recuerdo preciosa, tan cercana, tan
joven,
y vuelvo a oír su voz cuando decía:
"Cómo te envidio, hermana,
parir es lo mejor".
Hablaba sin adornos un corazón de madre.
Envidio yo el privilegio tuyo de haberla conocido bien, yo solo disfruté de su compañía en un breve viaje a Galicia.
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