HA LLEGADO EL MOMENTO
que empobrecen
la vida,
de abrir de par
en par las ventanas del alma,
de amar sin
condiciones,
uniendo al
corazón la mente que distingue y selecciona.
Ha llegado el
momento de soltar las amarras
de pertenencias
vanas,
hundir en el
silencio la alabanza,
sentarse sin
temores ni deseos de cara al horizonte,
celebrar la
fortuna a carcajadas,
y también es el
tiempo de llorar
si es eso lo
que toca.
Ha llegado el
momento de entender
el trino de los
pájaros,
de dejarse caer
por la corriente
que arrastra
los neveros,
de convertirse en niebla
que sube de la
mar en el estío.
Es el tiempo de
andar con la inocencia
del niño que
dejaste en el camino
y en el
instante de un paso diminuto
fundirte en el
fulgor que disipa las sombras.
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