SOLEDADES
A veces el amor es una soledad que
comparte
con otro desamparo su baúl
en una gira por el norte de España.
Suben
los dos a trenes sin estaciones termini
y buscan el suicidio en unos besos de
papel sin lengua,
atormentados.
Duermen en camas king size dos por dos
con edredones de cubitos de hielo.
Sus disputas ahuyentan a las golondrinas
y hay avisos de bomba por todo el edificio.
Me hundes con tu tristeza, dice la soledad
desguarnecida.
A veces me merezco una sonrisa, reprocha
el desamparo.
Luego, el silencio se sienta vestido de
etiqueta
y preside una mesa, donde no hay
comensales.
La arena del desierto alfombra los salones
y se rasgan las fotos
de un antiguo paseo por los puentes del
Sena.
Tu soledad y la mía las hemos enganchado en
el perchero.
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