LA POESÍA



Desconozco lo que es la poesía,
por siempre inesperada y huidiza.
Puede estar escondida en un te quiero
o en los ojos ausentes de una luna de invierno.

Yo la sentí en un beso fortuito y delicado
que, directo a la esencia, inauguraba vidas,
y en el compás calmado de alucinantes gaitas,
flotando entre las olas de algún mar inventado.

La sentí en unos ojos de mirar torturante
y en un rostro soñado durante largas noches,
y en manos temblorosas y surcadas de venas,
en actitud de ofrenda.

Sentí la poesía en el vórtice mismo
de la luz que agoniza,
y en oníricos mundos
que, en bruscos parpadeos,
me invitaban joviales
y en un quiebro me huían.

Desconozco lo que es la poesía,
pero es arte pretérito, 
sumergido en los tiempos.
Se oculta en un suspiro
y en el íntimo hogar de un Dios escurridizo.

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