LA CATEDRAL DE JACA
Lo más probable es que yo no lograra desatarme los dedos.
El lugar de las cosas invisibles es el baúl donde guardamos lo ininteligible, lo recóndito: Sentimientos, deseos, dudas, momentos que pudieron ser y no fueron, instantes que no se ajustan a la lógica cotidiana. Aquello que solo puedes ver con los ojos del corazón.
LA CATEDRAL DE JACA
DÍAS DE
PLAYA
Castillos
con almenas que deshacen las olas,
carreras,
flotadores, neveras con refrescos,
pelotas
que rebotan en los pies de los niños.
Y mientras
los ahogados
juegan su
porra alegre.
¿Ganará
Iván?, preguntan,
o quizá
gane Pedro.
Los
ahogados son público de playa.
Nos miran,
participan,
ni siquiera
se enfadan por la falta de aforo.
LA DESGANA
Qué desgana
de mundo,
qué desgana:
resistir la
pereza,
luchar contra
la náusea,
andar a
trompicones,
desarmada
de audacia.
Qué desgana
de vida,
qué desgana:
mirar en
derredor la indiferencia,
hurgar en
el vacío sin memoria,
gritar sin
voz y secar torpemente
y para
siempre
un diluvio
de lágrimas.
Hay que
arrojar el tedio de mí misma y mis cosas.
Hay que
juntar mil voces que inauguren desvelos,
hay que abrir
bien los ojos para captar verdades
y volar a
las nubes para escapar del barro.
Hay que
borrar por siempre la desgana
de
transformar el mundo
y seguir avanzando
sin miedo al retroceso.
Al final
del camino espera el hombre nuevo.
La luz
El silencio
El roce de
unas manos.
El
horizonte abierto
La palabra
sin sangre
La palabra.
Los niños
Las sonrisas
Las estrellas
fugaces.
La encina
centenaria
El abrazo
callado
Las lágrimas
saladas.
El sol que alumbra
El sol que
te acaricia
El sol que
cura
El sol que
siempre mira
Es ese sol
que habla