HUECOS
No me gustan los huecos.
Me inquietan y marean los vacíos sin
fondo.
Son agujeros negros, esos que Stephen
Hawking
ha dicho que no existen,
por más que continúen enterrando ilusiones.
No me gustan los huecos de sótanos
oscuros.
Sepultan utopías
y cierran los caminos a cualquier esperanza.
Esas caras promesas que no encuentras en
saldos,
que sólo las consigues
en las millas de oro de las grandes metrópolis.
No me gustan los huecos
ni las tristes bodegas de los barcos
negreros,
que siguen transportando el hambre y la
derrota
por mares enemigos de olas ensangrentadas.
No me gustan los huecos de los hombres
impíos,
repletos de efectivo y vacíos de ética.
Ni me gustan tampoco los gobernantes hueros
que alzan muros de odio y los llaman fronteras.
No me gustan los huecos donde se esconden sueños,
esos que no hay valiente que se atreva a
soñar.
Yo investigué una vez y sufrí mi castigo.
¡Ten cuidado! ¡No bajes!
En huecos tan profundos se agazapa el
desastre.
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