HEMOS MATADO LA CONCIENCIA
Ser hombre no es ser hombre. Ser hombre es
otra cosa.
(Gabriel Celaya)
Si todos los que venden sus almas al
diablo,
tuvieran un final de fuego como el Fausto,
quizá no habría abusos en la faz de la
tierra
ni comida pudriéndose en silos agostados.
Mas la justicia, hermanos, está de
vacaciones
en un mundo plagado de ingentes tropelías.
Hemos matado a dios, ha tiempo dijo Nietzsche.
Yo digo que ese hombre, que no es hombre,
ha matado por siempre la conciencia.