A TU MEMORIA
Una emoción antigua tu memoria,
un memorable hito tu existencia.
Un alto luminoso en el camino
hecho con tu palabra de rapsoda.
Puede que te tronchase un torbellino,
pero tu voz no pudo silenciarla.
Al ritmo de tu verso se hizo magma
la roca más compacta
y dejaste grabados en la eterna pizarra
el olmo viejo hendido por el rayo,
y
el recuerdo de un patio de Sevilla
en los días azules de tu infancia.
Tu final y principio
han quedado fundidos para siempre,
en la celeridad de un parpadeo,
llenando de belleza el silencio del cosmos.
Pero el tuyo es gozoso parpadeo
que mezcla bonhomía, soledades,
miradas y suspiros sin rencores,
sueños de eternidad, fuente escondida,
diálogo engendrado con Dios mismo
ahora que ya acabó tu soliloquio.
Y al oírte me vuelve la esperanza
de apagar
las hogueras del odio
con torrentes de lágrimas,
y mandar una lluvia de acuerdos y sonrisas
que pueda devolvernos
ese milagro de tu primavera.