EL ENGAÑO


 

       Ayer por la mañana tuve una de esas sensaciones, no demasiado raras en mí, en que la visión de la unidad se manifiesta claramente. Me vi niña y adulta a la vez, burlando la secuencia del tiempo.  Luego, por la noche, vi unos capítulos de la serie DARK. Nadie me había hablado de ella ni sabía de qué trataba. Y hablaba de lo mismo: de un tiempo simultáneo donde pasado, presente y futuro fluyen a la vez. Y comprendí que es nuestra mente la que elabora la trampa: Recordamos el pasado y olvidamos el futuro. 
         
         Si supiésemos lo que va a ocurrir, la vida perdería todo su sentido.

Y YO SEGUÍ APLAUDIENDO



Aplaudí vehemente sin saber que la muerte
se ocultaba tras telas de colores,
mientras que junto a mí brujuleaban
mil súcubos e íncubos ocultos por caretas de sonrisas.

Aplaudí vehemente queriendo con el ruido
despertar las conciencias,
sin comprender que solo era posible variar el mañana
si millones de manos acompañan tus palmas.

Y casi sin notarlo
paseé entre las tumbas y conté los difuntos,
que marchaban deprisa para coger su sitio
en las rebajas de grandes almacenes.
Cubiertos de ceniza, se atropellaron torpes en la entrada
 perdiendo los cerebros y alguno de sus miembros.

Y yo seguí aplaudiendo vehemente.
Y casi sin notarlo dejé de recordar el futuro
y la existencia se me antojó digna de ser vivida.



(De mi novela, aún inédita, "La Danza del Espíritu")



"Para que funcione el sistema que nos han impuesto, es necesario que las personas dejen de pensar de forma coherente. Es una enfermedad que viaja de una generación a otra. Si la gente recuperara la coherencia, no podría aceptar lo inaceptable."