LA BÚSQUEDA





Famélica, mi alma, 

te busca sin descanso

desde la encina vieja 

a los ojos tempranos

que ciegan con su luz 

cargada de esperanza.

2 comentarios:

  1. Algunas búsquedas sabemos cómo comienzan, pero no cuándo terminan.

    Saludos,

    J.

    ResponderEliminar
  2. Algunas no terminan nunca. Gracias por tu comentario, José.

    ResponderEliminar