DíA DE ELECCIONES


Nos pasamos la vida arrodillados,
acatando mil leyes y consignas.
Nos amordazan miedos,
nos atan la vergüenza y los escrúpulos,
nos ciega el egoísmo.

Hoy llovía y el frío
se metía en el alma cual cuchillo.
Y volvía el recelo,
ese mirar atrás con la sospecha
de obligarte a ser otra en un recuento.

Pero un rayo de sol se me ha colado
muy quedo en mis pupilas
y ha circulado lento por mis venas.
Me he detenido y he lanzado al aire:
¡Nadie podrá callar mi pensamiento!