ENTELEQUIAS


Echo de menos caricias que no hubo
y recuerdos de un beso
perdido en el umbral de los deseos,
secretos sofocados en sábanas de seda
y susurros colgados de los árboles,
inaudibles en noches turbulentas.


Los cúmulos y nimbos arrastran nuestros nombres
y dibujan con ellos en el aire figuras legendarias.
Desde el vacío de una caracola
llega tu voz diáfana a mi oído
con rumores de mar y chasquidos de olas
tan innegables como tu inexistencia.

Sueño que te conozco y no te veo,
mejor quedo contigo para próximas vidas,
en que el mar me vomite lo mismo que a Afrodita.

Te inventaré de nuevo como las poetisas

escribiendo una historia en mil y un hemistiquios
y pondré a buen recaudo el manuscrito.
Quizá nadie lo lea, ni siquiera nosotros
porque pienso escribirlo en papeles mojados.
Así continuaremos existiendo de incógnito.

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